
Artur Mas, exlíder de la Generalitat de Catalunya, ha manifestado su creciente determinación de interponer una querella relacionada con la 'Operación Catalunya', una iniciativa que adquiere mayor relevancia tras la reciente filtración de audios que involucran a la exministra y exsecretaria general María Dolores de Cospedal y al excomisario José Manuel Villarejo, difundidos por 'Rac1'.
En una conversación reciente con 'Ràdio Estel', Mas confió que aunque estaba considerando esta acción legal desde hace tiempo, existían ciertas reservas sobre su viabilidad. Sin embargo, reconoce que las nuevas revelaciones han reafirmado su intención de proceder.
El expresidente catalán destacó que este asunto lleva años sin una resolución y criticó la lenta respuesta del sistema judicial español, que parece haber tratado el tema con desdén y falta de urgencia.
Asimismo, Mas aclaró que si decide llevar la querella a cabo, esperará a la conclusión de la comisión de investigación en el Congreso, argumentando que es crucial que se revelen más detalles sobre las supuestas manipulaciones destinadas a desacreditar a los oponentes políticos, en concreto a los líderes independentistas catalanes.
Cuando se le preguntó cómo abordaría a Cospedal, Mas contestó que le exigiría que, sin titubear, declarara públicamente que las acusaciones son falsas. También le advirtió que las declaraciones realizadas en el ámbito parlamentario podrían tener serias repercusiones legales si se demuestran como falsas.
Referente a Alícia Sánchez Camacho, exdirigente del PP en Catalunya, Mas detalló que entre 2011 y 2012 mantuvo una relación más cercana con ella debido a la colaboración del PP en la implementación de medidas duras durante una grave crisis económica. Sin embargo, lamentó que esas mismas personas, que se presentaban como aliadas en un momento de necesidad, estaban al mismo tiempo organizando maniobras para desestabilizar su gobierno.
Mas criticó contundentemente cómo la 'Operación Catalunya' ha tenido un impacto a largo plazo en la política catalana, subrayando que los presuntos perpetradores parecen enorgullecerse de ello. Según él, tienen la percepción de que han alterado la historia del país, aunque lo asocien al descenso de Convergència i Unió de 62 a 50 diputados en el Parlamento.
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