
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha pedido este miércoles no "criminalizar" al sector de cruceros y trabajar juntos para avanzar en su sostenibilidad, con el fin de revertir sus externalidades negativas sin perjudicar los empleos que genera. Aragonès respondió a una pregunta de Eulàlia Reguant, diputada de la CUP, quien lo criticó por su ambigüedad en su posición sobre los efectos de este sector en la presión turística de Barcelona, Tarragona y Palamós (Girona).
"Admito que hay externalidades negativas de concentración excesiva de determinadas actividades, pero criminalizar toda una actividad o consumidores no es la mejora manera de actuar”, sostuvo el presidente. Sin embargo, Reguant aseguró que tienen la sensación de que el Govern propone que “la turistificación continúe a velocidad de crucero, y que los vecinos solo sean figurantes que se ven expulsados de sus barrios por el aumento del coste de la vida y de la vivienda”.
Jéssica Albiach, líder de los comuns en el Parlament, también instó a Aragonès a reducir a la mitad los cruceristas que llegan a Barcelona, para evitar llegar a los 3,5 millones en 2030.
Aragonès se ha abierto a estudiar límites a los cruceros junto al puerto y el Ayuntamiento de Barcelona, pero recordó que el Govern no puede restringirlos porque se lo impide la ley portuaria. Esta semana, el Puerto de Barcelona convocará la comisión institucional para la sostenibilidad de los cruceros.
El primer secretario del PSC, Salvador Illa, afeó a Aragonès que la Generalitat se retirara como defensa jurídica de 12 agentes de los Mossos d'Esquadra que denunciaron agresiones de manifestantes durante el traslado entre cárceles del 20 de enero de 2018 de los líderes del 1-O por considerar que eran "acusaciones débiles". Illa pidió una rectificación para que el Govern no vuelva a dejar sin defensa a sus servidores públicos, así como "responsabilidades" por el desamparo a los agentes.
Aragonès argumentó que la Generalitat defiende a sus servidores públicos "cuando hay lesiones acreditadas", y defendió el trabajo del conseller de Interior, Joan Igansi Elena, y la preparación y medios disponibles del cuerpo de los Mossos.
En la sesión de control, el líder de Cs en la Cámara catalana, Carlos Carrizosa, instó a Aragonès a velar por el uso equitativo de catalán y castellano, así como de un mayor uso del inglés, a lo que el presidente respondió que lo que quiere el partido naranja es "mantener un ideal de sociedad monolingüe".
Ignacio Garriga (Vox) señaló al Govern por la inseguridad en las calles y por generar un "efecto llamada" a la inmigración ilegal, mientras que Aragonès acusó a Vox de aprovechar las debilidades coyunturales para construir discursos contra los valores democráticos.
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