El 5 de junio en Tarragona, se ha dado un paso significativo hacia la modernización de la infraestructura eléctrica regional. Endesa ha comenzado el proceso de desmantelamiento de 33 torres en las localidades de Roda de Berà y Creixell, marcando el final de una etapa que se inició en el año 2000.

Este último tramo del proyecto implica la eliminación de los soportes metálicos que han formado parte de la línea de alta tensión que conecta Tarragona con Vilanova i la Geltrú. Para llevar a cabo esta operación, la compañía ha destinado una inversión de 3,5 millones de euros, lo que permitirá la retirada de casi seis kilómetros de cable que operaba a 110 kilovatios.

El inicio del desmantelamiento coincide con la conclusión de la construcción de una nueva línea de alta tensión, un paso vital para “repotenciar la red de transporte”. Este avance se centra en mejorar tanto la calidad como la continuidad del suministro eléctrico para los clientes de la región, respondiendo así a las crecientes necesidades energéticas de la población.