Zak Hilditch presenta 'We Bury the Dead' en Sitges: una fusión entre el cine zombie y la exploración del duelo.

El director australiano Zak Hilditch ha dado un giro inesperado al género del cine de zombies al entrelazarlo con la temática del duelo en su nueva película, 'We Bury the Dead'. Esta obra se exhibe en la sección Oficial Fantàstic del prestigioso Sitges Festival Internacional de Cine Fantástico de Catalunya, y cuenta con la actuación de Daisy Ridley, conocida por su papel en 'Star Wars', en un entorno que evocará la belleza natural de Tasmania.
En una reciente conferencia de prensa, Hilditch compartió su visión personal detrás del filme, resaltando la combinación de la tristeza y la pérdida como un elemento central de la narrativa. "Nunca había presenciado algo así en el cine de zombies", afirmó el director, subrayando la originalidad de su enfoque.
La historia sigue a Ava, interpretada por Ridley, quien se convierte en miembro de una unidad encargada de recuperar cuerpos tras la misteriosa desaparición de su esposo en un experimento militar que ha devastado la población de Tasmania. Con la esperanza de encontrar a su pareja con vida, la trama da un giro sorprendete cuando los cuerpos que están enterrando comienzan a manifestar signos de vida.
El realizador compartió que el concepto de la muerte ha sido una preocupación constante en su vida; de hecho, cuando comenzó a desarrollar este proyecto en 2017, se encontraba lidiando con la reciente pérdida de su madre. "Aunque pueda sonar inusual, esta película de zombies es un homenaje a ella, explorando el dolor y la experiencia del duelo", confesó Hilditch.
En sus primeras versiones del guion, los zombies no formaban parte de la historia. Sin embargo, la idea de que los muertos pudieran resucitar para explorar más a fondo la tristeza y el proceso de duelo llevó a su incorporación en el relato. "Esa idea fue la chispa que encendió el resto", explicó el director.
Grantando gran peso emocional al personaje de Ava, Hilditch expresó su entusiasmo por haber contado con la participación de Daisy Ridley. "Fue como si todos los astros se alinearan para que ella dijera que sí", comentó, reconociendo la importancia de su presencia en la película.
Si bien Tasmania fue originalmente el lugar pensado para la filmación, Hilditch optó por la costa este de Australia. Atribuyó este cambio a la dificultad de acceder a la remota región, lo que le llevó a buscar un entorno que pudiera capturar la esencia del paisaje tasmano mientras facilitaba el rodaje.
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