Espadaler y Pané suscriben un pacto para mejorar la salud mental y la atención a adicciones en prisiones.
En un significativo paso hacia la mejora del bienestar de los internos en Catalunya, el conseller de Justicia y Calidad Democrática, Ramon Espadaler, junto a la consellera de Salud, Olga Pané, han formalizado un nuevo acuerdo en el Centro Penitenciario Brians 1, situado en Sant Esteve de Sesrovires, Barcelona. Este pacto tiene como objetivo primordial elevar la atención en salud mental y el tratamiento de adicciones entre la población penitenciaria y en los centros de justicia juvenil.
Este entendimiento se inscribe en una labor que se remonta a 2017, año en que se estableció el primer protocolo para implementar un programa integral enfocado en la salud mental y las adicciones en el contexto de la ejecución penal, tal como detallan las respectivas consellerias en un comunicado conjunto.
Las autoridades han destacado que los trastornos de salud mental afectan a la población interna a un ritmo siete veces superior al de la población general. Muchos de estos casos están directamente relacionados con el consumo de drogas. El nuevo acuerdo no solo aborda la prevención del suicidio, sino que intensifica el enfoque en el tratamiento de adicciones en todos los sectores de la ejecución penal, priorizando a las personas más vulnerables.
Con esta iniciativa, se busca garantizar que los internos tengan acceso a una gama de servicios de salud con la misma calidad que los que recibe la población en general, reafirmando así su derecho a una atención “integral y equitativa”.
Además, se van a fortalecer las medidas de prevención tanto para el suicidio como para las sobredosis, al mismo tiempo que se mejora el tratamiento de las adicciones en los variados entornos de la ejecución penal, que abarcan desde las prisiones hasta los centros educativos y las modalidades de medio abierto.
El acuerdo también asegura la disponibilidad de servicios de hospitalización y rehabilitación intensiva, abarcando diversas intervenciones sanitarias, que incluyen asistencia psiquiátrica, farmacológica, psicológica, y social, entre otras.
Una de las innovaciones más relevantes es la ratificación de las Unidades de Intervención Compensatoria (UIC), creadas con el propósito de ayudar a aquellos internos que presentan vulnerabilidades significativas, como discapacidades intelectuales o trastornos mentales severos, pero que no cumplen los criterios para ser admitidos en unidades psiquiátricas. Actualmente, estas unidades operan en las instalaciones de Brians 1 para mujeres y Puig de les Basses, lo que ha reportado resultados “muy positivos”, y se prevé que se expandan a todos los centros penitenciarios de la región en el futuro.
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