El independentismo en Cataluña se encuentra en un momento clave, con Junts y ERC preparándose para sus respectivos congresos, mientras que la CUP finaliza su proceso de refundación. Todo esto sucede en medio del aniversario del 1-O, sin mayoría en el Parlament y con un panorama político dividido.
En este contexto, la llegada a la presidencia de la Generalitat de Salvador Illa, del PSC, marca un nuevo ciclo político en la región. La falta de cohesión entre las formaciones y las diferencias internas condicionan este aniversario, que no contará con acciones unitarias, a excepción de una concentración convocada en la plaza de Sant Jaume.
Por un lado, Junts propone la creación de una entidad paraguas que aglutine partidos y sociedad civil para debatir sobre el futuro del independentismo, mientras que ERC mantiene su voluntad de negociar con el Gobierno en el marco del acuerdo de investidura con los socialistas.
Tanto Junts como ERC se preparan para sus congresos, con la intención de renovar y recomponer sus respectivas organizaciones. Mientras tanto, la CUP culmina su proceso de refundación con la elección de un nuevo Secretariado Nacional y una ampliación de su mandato a cuatro años.
En este escenario político complejo, las distintas fuerzas independentistas se enfrentan a desafíos internos y externos, buscando redefinir estrategias y posiciones para avanzar en la consecución de sus objetivos. La incertidumbre y el desencanto marcan el ambiente político actual en Cataluña, donde la acción política se plantea desde diferentes vertientes para lograr avances y generar cambios significativos en la región.
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