En un giro significativo de la trama relacionada con la estructura interna de ERC, el exresponsable de Cumplimiento, Xavier Mombiela, ha transferido recientemente documentos clave al actual titular del cargo, Lluís Mombiela. Esta entrega se produjo durante un encuentro celebrado el pasado miércoles, donde se discutieron los aspectos de la investigación que abarca no solo la controvertida estructura B del partido, sino también el caso de los folletos difamatorios vinculados a los hermanos Pasqual y Ernest Maragall y la delicada cuestión del Alzheimer.

Según información proporcionada por fuentes cercanas a Europa Press, la reunión se llevó a cabo a raíz de la aparente falta de acceso del nuevo responsable a la documentación pertinente, lo que llevó a su predecesor a actar en consecuencia, facilitando esta información tanto en formato digital como en papel. Esta situación destaca la incertidumbre organizativa dentro del partido y la necesidad de mantener claridad en los procesos internos, especialmente en momentos de alta tensión política.

En este contexto de transición, el nuevo responsable de Cumplimiento se ha comprometido a examinar minuciosamente todos los documentos recibidos, añadiendo “nuevas diligencias” a la investigación que se reanudará bajo su liderazgo. Este es un paso crítico, ya que permitirá que la investigación avance, con la opción de añadir o repetir declaraciones, asegurando así que todas las voces sean escuchadas y evaluadas con justicia.

Es importante señalar que el anterior responsable de Cumplimiento había elaborado un informe provisional en diciembre, quedando el compromiso del nuevo titular de llevar a cabo una investigación más exhaustiva antes de presentar un documento definitivo. Como parte del protocolo, después de su conclusión, el caso será revisado por la comisión de Garantías de ERC, lo que subraya la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en la política actual.

Por otro lado, Xavier Mombiela ha emitido una declaración en la plataforma 'X', donde ha resguardado su posición al negar las acusaciones de haber eliminado o escondido información crucial. Según su relato, utilizó herramientas proporcionadas por el partido para guardar los documentos en una ubicación exclusiva a la que solo él tenía acceso, citando la necesidad de proteger la confidencialidad de la información sensible.

Además, ha revelado que justo antes de su destitución —que se produjo por cuestiones de confianza con la nueva dirección del partido— tomó medidas preventivas al realizar una copia de seguridad de todos los archivos, convencido de que la seguridad de la información estaba en peligro y anticipando su posible salida del cargo. Este episodio pone de manifiesto las tensiones subyacentes y las luchas de poder que pueden influir en el funcionamiento interno de ERC en estos tiempos de cambio.