La jornada de entrega de reconocimientos comenzó con una cacerolada de fondo protagonizada por víctimas de abusos sexuales.

BARCELONA, 10 Sep.

El abad de la Abadía de Montserrat, Manel Gasch, ha admitido que en los mil años de historia del templo "también se cometen errores" después de recoger la Medalla de Honor del Parlament, en el marco del milenario del Monasterio, que marcó el inicio de los actos institucionales de la Diada.

El evento contó con la presencia del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el presidente del Parlament, Josep Rull, así como ex presidentes de la Generalitat y del Parlament.

En su discurso al aceptar el premio, Gasch destacó la importancia de reconocer y aceptar los errores cometidos por la Abadía, en referencia implícita a los casos de abusos sexuales.

El abad reflexionó sobre el pasado de Montserrat, reconociendo que siempre hay aspectos que se podrían haber hecho mejor y subrayando la importancia de corregir los errores cometidos.

Gasch afirmó que la fe puede ser una herramienta de integración lingüística y cultural, resaltando que el Monasterio realiza el 80% de sus rezos en catalán y el 20% en latín.

Por su parte, Illa hizo un llamamiento a dejar de lado las diferencias que separan a los catalanes y a buscar aquello que los une, sin renunciar a sus ideas y aspiraciones individuales.

El presidente catalán elogió la larga trayectoria de Montserrat, destacando su importancia histórica, cultural y cívica para Cataluña.

Rull, por su parte, valoró la valentía de la Abadía al reconocer los errores del pasado, enfatizando que este tipo de actitudes negativas también están presentes en otros ámbitos de la sociedad.

El acto comenzó con la izada de la 'senyera' ante el Parlament, seguido por una cacerolada de un grupo de víctimas de abusos sexuales que protestaban por la entrega de la Medalla de Honor a la Abadía de Montserrat.

Luego, en el auditorio del Parlament, la Escolanía de Montserrat interpretó el 'Virolai' y la profesora Maria Dolors Vidal ofreció unas palabras en homenaje al Monasterio, antes de que Rull entregara la Medalla a Gasch.