En un avance significativo hacia la sostenibilidad oceánica, el Institut Català de Recerca per a la Governança del Mar (Icatmar) ha iniciado el despliegue de boyas en el golfo de Roses, en Girona. Este proyecto busca obtener información valiosa sobre las corrientes marinas del Mediterráneo, según un comunicado difundido por la Conselleria de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat.
Esta innovadora iniciativa se enmarca dentro de la ambiciosa Estrategia Marítima de Catalunya 2030, que tiene como objetivo establecer una red integral para el monitoreo ambiental y físico del medio marino, promoviendo una gestión más responsable de nuestros recursos naturales.
Las boyas a la deriva jugarán un papel crucial en la mejora de los sistemas de predicción, permitiendo ajustar modelos de corrientes de alta resolución. Esto facilitará el desarrollo de herramientas que puedan anticipar la abundancia y distribución de los recursos pesqueros, así como gestionar episodios de contaminación, rescates marítimos y la protección y conservación de nuestras costas.
El proyecto incluye el lanzamiento de cuatro boyas específicas que medirán las corrientes en la superficie hasta dos metros de profundidad, y otras cuatro que enviarán datos sobre las corrientes superficiales y la temperatura del agua. Además, se incorporará un perfilador capaz de realizar análisis verticales de temperatura, salinidad y presión hasta profundidades de 2.000 metros, proporcionando una visión más completa del entorno submarino.
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