La indignación estalla ante la cárcel de Brians 2 en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona), donde unos 40 funcionarios de prisiones exigen dimisiones y justicia. Mientras tanto, alrededor de 60 periodistas aguardan la posible salida del futbolista Dani Alves.
Sin bloquear el acceso a la prisión, los trabajadores han coreado fuertemente "¡Aragonès, da la cara!" frente a los medios de comunicación apostados en la puerta. La liberación de Alves está condicionada al pago de una fianza de 1.000.000 de euros impuesta por la Audiencia de Barcelona el miércoles.
Entre las consignas de los manifestantes se encuentra la solidaridad con la cocinera asesinada en Mas d'Enric, El Catllar (Tarragona), y la exigencia de dimisión para la consellera de Justicia, Derechos y Memoria, Gemma Ubasart, y para el secretario de Medidas Penales, Amand Calderó.
En la fachada del recinto penitenciario cuelga una pancarta con el mensaje "Todos somos Núria", en referencia a la víctima, mientras que los trabajadores portan carteles pidiendo justicia y el cese de Ubasart y Calderó.
Desde la Conselleria se asegura que la protesta no altera la rutina en la prisión ni en otras instalaciones penitenciarias catalanas. Los funcionarios han estado protestando desde el trágico incidente de la semana pasada, y su demanda de renuncias sigue firme, a pesar de la negativa de la Conselleria.
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