
Un grupo de aproximadamente 200 personas se congregó en el Aeropuerto de Barcelona para recibir a Ada Colau y Jordi Coronas, representantes de BComú y ERC, quienes regresaron tras ser deportados de Israel en un vuelo proveniente de Madrid.
Este acto de apoyo tuvo lugar en la Terminal 1 del aeropuerto, donde familiares, amigos y dirigentes de diversos partidos, como los Comuns y ERC, manifestaron su solidaridad y bienvenida. Entre los asistentes se encontraban figuras destacadas como el secretario de Estado de Cultura, Jordi Martí, y la presidenta de los Comuns en el Parlament, Jéssica Albiach.
Los líderes de ERC, Oriol Junqueras y Elisenda Alamany, así como la eurodiputada Diana Riba, también se sumaron a la recepción, que representó una movilización importante en defensa de los derechos de los activistas y en protesta por la represión ejercida en los territorios ocupados.
Los familiares de los deportados tuvieron la oportunidad de reunirse con ellos en una zona privada del área de llegadas, un momento cargado de emoción tras la difícil experiencia que vivieron en el extranjero.
A pesar de haber retornado, Colau y Coronas tuvieron que firmar un documento que reconocía su entrada ilegal en Israel, lo que facilitó su rápida deportación. Esta situación contrastó con la decisión de otros activistas, como la diputada de la CUP Pilar Castillejo, que optaron no firmar dicho documento.
La Generalitat, a través del presidente Salvador Illa y la Conselleria de UE y Acción Exterior, mantuvo una comunicación fluida con las familias de los deportados y gestionó su regreso desde el contacto con el Ministerio de Exteriores español hasta la organización de los medios necesarios para su viaje.
Un primer grupo de activistas españoles, parte de la Global Sumud Flotilla, había llegado anteriormente a Madrid en un vuelo de Tel Aviv, resultado de un acuerdo entre el Ministerio de Exteriores y el Gobierno israelí que permitió su liberación.
En este primer vuelo, además de Colau y Coronas, viajaron cuatro activistas residentes en Catalunya, quienes fueron recibidos por Núria Marín, delegada del Govern en Madrid. Después, Colau y Coronas abordaron un vuelo hacia Barcelona, haciendo su arribo a la capital catalana alrededor de las 22:50 horas.
Sin embargo, no todos los miembros de la flotilla lograron llegar juntos; los otros cuatro activistas residentes en Catalunya no pudieron volar el mismo día, debido a la falta de disponibilidad de plazas y a la escasa asistencia del Gobierno en la organización de su regreso.
Por otra parte, aún se encuentran 28 españoles en Israel que se negaron a firmar la orden de extradición. Estos activistas permanecen incomunicados a la espera de su comparecencia judicial, y se informa que seis de ellos han iniciado una huelga de hambre como forma de protesta. La situación evidencia la tensión y la necesidad de un cambio profundo en la política de derechos humanos en la región.
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