El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha hecho eco de su decepción tras la reciente negativa del Banco Sabadell a aceptar una opa, señalando que esto representa una "oportunidad perdida" no solo para la entidad financiera, sino también para sus clientes, accionistas y la economía de Catalunya, España y Europa en su conjunto.
En una entrevista publicada por 'El Periódico' y reproducida por Europa Press, Torres reconoció que la decisión final recayó en los accionistas del Sabadell. Afirmó que, aunque es natural preguntarse qué podría haber sido diferente, es poco productivo quedarse en el ámbito de la especulación.
El presidente del BBVA destacó que la respuesta a la oferta fue más tibia de lo anticipado y mencionó que una "expectativa engañosa" acerca de una segunda oferta podría haber influenciado los resultados, sugiriendo que esta posibilidad era poco clara y carecía de beneficios tangibles.
Explicó que el bajo interés de los fondos pasivos para participar en la opa se debió a esta incertidumbre, aunque reconoció que los fondos institucionales activos mostraron un mayor compromiso con la oferta.
Torres también expresó que hubiera sido útil que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) proporcionara claridad sobre el precio de la segunda opa dentro del plazo de aceptación, aunque confió en su criterio general respecto a la regulación del mercado.
Abordando las complejidades regulatorias, sugirió que sería necesario reflexionar sobre las modificaciones que se pueden implementar para eliminar las ambigüedades existentes en las normativas actuales.
Después de conocer los resultados de la opa, mantuvo una conversación "cordial" con el presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, en la que ambos expresaron su alivio por la conclusión del proceso.
Sobre el rendimiento en bolsa del Banco Sabadell, Torres comentó que desea lo mejor para la entidad y espera una evolución favorable de sus acciones, subrayando que la caída de su valor no es algo que desee para ninguna empresa.
Al ser interrogado sobre posibles diálogos con el Gobierno central y el Govern de Catalunya, mantuvo en reserva los detalles, aunque admitió haber tenido contactos con ambas administraciones.
En relación a su futuro al mando del BBVA, insistió en que su permanencia "no dependía en absoluto de los resultados de la operación", y reafirmó que la decisión tomada fue la que consideraron adecuada. Torres recordó que la actuación del consejo fue unánime en este proceso y cuenta con un fuerte respaldo de la junta extraordinaria que lo eligió el año pasado.
Finalmente, expresó que la evaluación del liderazgo debería centrarse en la capacidad de crear valor a lo largo del tiempo, en lugar de en un solo episodio. Confirmó que tiene tres años más de mandato y que su compromiso con el consejo y la junta permanecerá mientras continúen confiando en él para liderar el banco.
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