En una destacada iniciativa, el Hospital Germans Trias de Badalona, en la provincia de Barcelona, ha lanzado un pionero protocolo para abordar el ictus agudo en mujeres embarazadas y en el periodo de puerperio. Este protocolo es, según se señala, el primero y único de su tipo dentro del sistema de salud del Institut Català de la Salut (ICS), y representa un esfuerzo integral y colaborativo entre distintas disciplinas médicas.
El contexto del embarazo trae consigo numerosas transformaciones fisiológicas que, sumadas al incremento de la edad de las mujeres y a la existencia de factores de riesgo cardiovascular, multiplican por tres la probabilidad de sufrir un ictus en comparación con las mujeres que no están en estado de gestación. Aunque estos casos son poco comunes, presentan numerosos desafíos en su manejo debido a la ausencia de datos específicos y a la exclusión habitual de mujeres embarazadas en ensayos clínicos por motivos éticos.
Esta falta de información fidedigna obliga a los profesionales a depender de recomendaciones extrapoladas de estudios que no consideran las particularidades del embarazo, lo que resalta la urgente necesidad de contar con protocolos concretos y consensuados para garantizar una atención adecuada en estos raros pero críticos episodios clínicos.
Consciente de esta necesidad, un grupo de servicios involucrados ha revisado de manera exhaustiva los conocimientos y procedimientos vigentes, buscando establecer un enfoque claro y eficiente para tratar a las pacientes que se presenten con un ictus. Entre los aspectos analizados se incluyen las pruebas diagnósticas y tratamientos que requieren respuestas rápidas, como la selección de imágenes adecuadas y la decisión sobre el momento de finalizar el embarazo, ya sea por cesárea o esperando un tiempo prudencial.
Como resultado de esta revisión, se han implementado cambios significativos en la práctica clínica. Por ejemplo, se ha decidido que las mujeres embarazadas que sufran un ictus recibirán prioridad para realizarse una resonancia magnética en lugar de una tomografía computarizada, y se les administrarán tratamientos específicos que difieren de los que se aplicarían a mujeres no gestantes.
Además, este protocolo tiene entre sus objetivos la creación de un registro en Cataluña para documentar toda la atención brindada a mujeres que experimenten ictus durante el embarazo o el puerperio. Este registro permitirá un seguimiento más detallado y la posibilidad de investigar más a fondo la relación entre la salud cerebrovascular y el embarazo.
Por otra parte, se contempla que, en los casos en que el ictus ocurra durante el puerperio, se permita que la madre ingrese junto a su bebé, asegurando así que se mantenga la lactancia materna. Esta perspectiva no solo busca atender el bienestar de la madre e impulsar la salud del recién nacido, sino que también promueve la incorporación de un enfoque de género en la atención médica, abogando por que esta visión se extienda más allá del tratamiento inmediato de los ictus.
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