BARCELONA, 25 Abr. — En un giro significativo en la política de seguridad y salud pública, el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, junto con la concejal de Salud, Marta Villanueva, han revelado un plan más contundente para supervisar y controlar la venta de productos relacionados con el cannabis. Esta decisión llega tras la reciente prohibición impuesta por el Ministerio de Sanidad, que busca abordar la creciente preocupación sobre el consumo de estas sustancias.

Durante una rueda de prensa efectuada el viernes, Batlle expresó su apoyo a la nueva legislación del Gobierno, destacando que el consumo de cannabis había sido subestimado en la sociedad. Informó que el Ayuntamiento ha respondido rápidamente mediante un decreto que permite a la Guardia Urbana implementar medidas más estrictas contra este fenómeno.

El teniente de alcalde también destacó que ya se han movilizado equipos de inspección, listos para reiniciar sus labores bajo esta nueva perspectiva. En Barcelona, se estima que alrededor de un centenar de establecimientos, conocidos como 'grow shops', se dedican a la venta de productos cannábicos, lo que hace que la intervención sea especialmente relevante.

Por su parte, la concejal Villanueva subrayó que esta norma facilitará a la Guardia Urbana actuar con mayor eficacia frente a un producto que, según ella, representa serios riesgos para la salud de la población. En esta línea, enfatizó que el gobierno municipal ya estaba tomando medidas hacia este objetivo antes de la implementación de la nueva normativa.

“Nuestro compromiso desde el Ayuntamiento radica en salvaguardar la salud pública y promover prácticas que aseguren el bienestar de todos los ciudadanos,” afirmó Villanueva, reafirmando la prioridad de su administración en estos temas críticos.