BARCELONA, 25 de agosto.

En un sorprendente operativo realizado el pasado martes 12 en el Aeropuerto de Barcelona, la Guardia Civil, en estrecha colaboración con la Agencia Tributaria, arrestó a un individuo que supuestamente cometió un delito contra la salud pública al intentar introducir una variedad de sustancias prohibidas en su equipaje y, de manera más arriesgada, en su propio cuerpo.

La intervención tuvo lugar alrededor de las 13:30 horas, cuando la Unidad de Análisis e Investigación Fiscal y Fronteras (Udaiff) detectó, a través de un exhaustivo análisis de datos e inteligencia, a un pasajero procedente de Bruselas que despertó sospechas por estar posiblemente involucrado en el tráfico de drogas. Así pues, los agentes se dirigieron a la terminal para confrontar al hombre.

Al identificar al sospechoso en la Terminal 1 del aeropuerto, los oficiales decidieron llevar a cabo un procedimiento estándar que implica la apertura del equipaje en presencia del viajero. En el transcurso de esta inspección, se hallaron varios botes que, según la declaración del pasajero, contenían suplementos alimenticios, lo que hizo que los agentes adoptaran un enfoque más cauteloso.

Sin embargo, las pruebas rápidas llevadas a cabo por la Guardia Civil confirmaron que aquellos "suplementos" no eran más que 75 comprimidos de MDMA, con un peso total de 212 gramos. Ante su comportamiento nervioso y respuestas poco coherentes, los agentes comenzaron a sospechar que podría estar ocultando más sustancias en su interior.

Consecuentemente, el detenido fue trasladado a la sala de radiología de la terminal, donde una exploración reveló la presencia de objetos extraños en su cavidad anal. Con el asesoramiento de profesionales médicos, el hombre consentió en expulsar de manera segura un preservativo que contenía una considerable cantidad de droga: un total de 16 bolsas, que incluían ocho de TUSI (o cocaína rosa), cinco de ketamina y tres de MDMA.

Este preocupante fenómeno de los llamados “boleros” o “muleros”, que son individuos que ocultan drogas dentro de sus cuerpos con el fin de eludir los controles de seguridad, es extremadamente arriesgado. Las consecuencias pueden ser devastadoras si ocurre una ruptura accidental de los envoltorios, potencialmente conduciendo a casos severos de intoxicación e incluso fatalidades.

El detenido, un belga de 30 años, junto con la droga confiscada, ha sido entregado al Juzgado de Instrucción de Guardia de El Prat de Llobregat, que asumirá el caso y determinará las próximas acciones legales en este incidente que subraya los riesgos del narcotráfico y sus impactantes repercusiones en la salud pública.