BARCELONA, 4 de enero. En un contexto delicado como el que vivimos por la sequía, los municipios que forman parte del sistema hídrico Ter-Llobregat han logrado reducir su consumo medio a 173 litros de agua por habitante al día. Este pronóstico es alentador, sobre todo si se compara con el periodo previo a la activación de la fase de preemergencia por sequía en noviembre de 2023, donde el consumo alcanzaba los 181 litros diarios.
La Agencia Catalana del Agua (ACA) ha hecho pública esta información en un comunicado, que abarca a una población aproximada de seis millones de personas. Estos datos ponen de relieve la importancia de la concienciación social en la gestión del agua y la necesidad crítica de adaptarse a las consecuencias del cambio climático.
A pesar de que la situación hídrica ha mostrado ligeras mejoras desde finales de 2020, los municipios que dependen del sistema Ter-Llobregat siguen en fase de alerta. Así lo enfatizó Sílvia Paneque, consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, quien valoró los esfuerzos realizados para fomentar el ahorro de agua en la región. La consellera destacó la responsabilidad colectiva que se está tomando en este sentido.
“Es vital que mantengamos estos niveles de consumo para prolongar al máximo las reservas de agua, especialmente en espera de que finalicen las obras destinadas a incrementar el suministro”, afirmó Paneque, subrayando la importancia de la colaboración entre la administración y la ciudadanía ante esta problemática.
En términos generales, la tendencia en la comunidad autónoma de Catalunya ha sido a un ahorro significativo de agua en comparación con el año pasado. Esto también se refleja en otros sistemas de abastecimiento, que actualmente muestran un consumo oscilar entre 184 y 193 litros diarios por habitante. Un esfuerzo conjunto que no solo es necesario, sino urgentemente relevante en el contexto de un futuro donde el agua se ha convertido en un bien cada vez más escaso.
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