El Puerto de Barcelona ha lanzado una advertencia, señalando que reducir la llegada de barcos de cruceros a la ciudad conlleva "indemnizaciones importantes", ya que las navieras que ganan las adjudicaciones tienen derechos adquiridos tras sus inversiones en el puerto. Ante la aspiración del Ayuntamiento de Barcelona de reducir los cruceros, el Puerto ha explicado que las compañías "contratan la escala un año y medio o dos antes" y que esto hace que no existan medidas fáciles y rápidas.
Como respuesta a esto, el Puerto ha organizado el primer encuentro del Consejo por la Sostenibilidad de los Cruceros con el fin de "mejorar el impacto" de este tipo de turismo en la capital catalana. Según el Puerto, este Consejo continúa el acuerdo firmado en 2018 entre el Puerto y el Ayuntamiento, que reduce a siete las terminales de cruceros y que permanecerá vigente hasta 2027, cuando se cierre la terminal de Barcelona Sur. Este acuerdo conllevó una inversión de 265 millones de euros públicos y privados e incorporó "elementos de mejora" para la actividad de los cruceros y para facilitar más operaciones de puerto base.
Sin embargo, la posición del Puerto, basada en el acuerdo de 2018, contrasta con la del Ayuntamiento, que en la primera sesión del Consejo pidió no construir la séptima terminal y no renovar la autorización de los cruceros en la terminal C a partir de 2024. A pesar del desacuerdo, el Consejo continuará con sus reuniones y está compuesto por la Autoridad Portuaria, el Ayuntamiento, la Diputación de Barcelona, la Generalitat, la Delegación del Gobierno, Capitanía, el comité de rutas aéreas, Barcelona Regional y los agentes económicos y sociales, y se espera que se reúnan "dos o tres veces" al año.
El Puerto de Barcelona ha destacado durante el encuentro su interés en mejorar la transparencia del sector de los cruceros en la ciudad y en convertirse en un puerto base, lo que implicaría que los barcos permanezcan más tiempo en la ciudad.