En octubre, el ministro Cuerpo advirtió que si la operación pasaba a Fase 2, podría experimentar un retraso considerable, estimando que la conclusión de este proceso podría extenderse hasta el primer trimestre de 2025.
En un reciente anuncio, la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha decidido elevar a fase 2 la OPA que el BBVA pretende llevar a cabo sobre el Banco Sabadell, un movimiento que implica un examen más exhaustivo de la operación y que podría influir significativamente en el cronograma originalmente previsto por BBVA, según la información proporcionada por el organismo regulador.
Este proceso de control de concentraciones que lleva a cabo la CNMC está estructurado en dos fases. La primera fase tiene una duración máxima de un mes, aunque este plazo puede ampliarse si se requiere información adicional. Durante este tiempo, el consejo de la CNMC evalúa la operación para decidir si se archiva, si se autoriza –ya sea inmediatamente o con condiciones– o si es necesario realizar un análisis más profundo debido a posibles problemas de competencia, lo que lleva a activar la segunda fase del proceso, en la cual se permite la participación de terceros interesados y que, potencialmente, podría escalar hasta ser evaluada por el Consejo de Ministros.
En caso de haber recibido la aprobación inmediata por parte de la CNMC, la OPA habría seguido el cronograma establecido por BBVA, que estimaba un periodo de entre seis y ocho meses para conseguir todas las autorizaciones necesarias y, en consecuencia, cerrar la fusión hacia mediados de 2025.
No obstante, con la transición a la segunda fase, es probable que la operación se extienda en el tiempo. Como indicó el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, en octubre, este traslado al siguiente nivel del análisis podría prolongar el calendario del proceso de varios meses más, posiblemente hasta bien entrado el primer trimestre de 2025.
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