BARCELONA, 8 de octubre.

En una reciente declaración, Jordi Valls, el cuarto teniente de alcalde de Barcelona, resaltó la problemática de los pisos turísticos en la ciudad al señalar que contar con 10.000 de estas propiedades, que se emplean principalmente con fines económicos en lugar de residenciales, no contribuye a la solución de la crisis de vivienda.

Durante una entrevista en Catalunya Ràdio, Valls subrayó que el verdadero desafío en materia de vivienda radica en la oferta, dado que Barcelona es una urbe limitada por su geografía, situada entre dos ríos, el mar y la montaña, lo que complica su expansión y desarrollo residencial.

El dirigente municipal añadió que su equipo mantiene el compromiso de eliminar todas las viviendas turísticas para el año 2028, al tiempo que destacó la necesidad de fomentar la inversión privada en el sector, enfatizando que la resolución de esta problemática no puede recaer únicamente en el ámbito público.