BARCELONA, 13 Oct. - Investigadores del Institut Català de Paleontología Humana i Evolució Social (Iphes) han llevado a cabo un estudio que confirma las raíces de la transhumancia en la población ibérica de los siglos III y II a.C. Según un comunicado publicado este viernes, estas comunidades dedicadas a la agricultura y la ganadería practicaban movimientos altitudinales estacionales.
Los resultados de este trabajo, publicados en la revista 'Frontiers in Environmental Archaeology', se obtuvieron a partir de un análisis biogeoquímico de diferentes isótopos estables presentes en los dientes de ovejas procedentes de cuatro yacimientos arqueológicos: Alt Empordà, la Cerdanya (Girona), el Solsonès (Lleida) y el Barcelonès (Barcelona).
Para las comunidades ibéricas de la edad del hierro, la cría, gestión y explotación de ovejas era fundamental. Gracias a su amplio conocimiento y experiencia en esta área, lograron superar exitosamente los duros inviernos de montaña y los áridos veranos de las tierras bajas.
No obstante, es importante destacar que la adopción de una estrategia de ganadería móvil no era generalizada y dependía de factores como las condiciones ambientales, las necesidades económicas y las decisiones políticas de cada asentamiento.
Este estudio proporciona una visión más profunda de las estrategias ganaderas utilizadas por las antiguas comunidades ibéricas, revelando su adaptabilidad al entorno y su sofisticada red de relaciones sociales y económicas.