El fiscal Manuel Sancho de Salas, representante de la acusación pública en el juicio a un acusado de cometer tres crímenes en Barcelona, advirtió al jurado que el veredicto se dará a conocer a partir de este martes. Durante su informe final, el fiscal afirmó que existen personas que cometen actos maliciosos y gratuitos debido a trastornos de personalidad como la psicopatía y la falta de empatía.
El fiscal argumentó que es más cómodo pensar que las personas que cometen tales actos lo hacen debido a una enfermedad o al consumo de drogas. Sin embargo, destacó que esta no es la realidad y no se debe ignorar la responsabilidad de los acusados.
Según la acusación pública, el acusado habría asesinado a una persona con 249 puñaladas, luego habría incendiado la vivienda para eliminar pruebas y posteriormente habría matado a una anciana en un portal. El acusado también habría robado la moto de un repartidor para huir, y finalmente apuñaló a un periodista y funcionario municipal en los alrededores de la plaza Sant Jaume.
El fiscal demanda una condena de 95 años de cárcel y descarta la posibilidad de que el acusado no fuera consciente de sus actos debido al consumo de drogas o a enfermedades mentales. Recalcó que la defensa debe demostrar de manera contundente que el acusado no era consciente de sus acciones.
El fiscal también advirtió al jurado sobre la manipulación ejercida por el acusado durante el juicio, atribuyendo dicho comportamiento a su carácter antisocial y falta de empatía.
Asimismo, el fiscal rechazó la posibilidad de considerar un trastorno mental como eximente o atenuante, argumentando que no existen pruebas de ello. Aunque el acusado recibiera tratamiento por depresión, ningún médico detectó una enfermedad que lo desconectara de la realidad. Además, el fiscal considera que el consumo de cocaína no lo llevó a perder la conciencia de sus acciones debido a su tolerancia a la droga.
La abogada del acusado, Sònia Argemí, sostiene que su cliente no es el autor de los crímenes y cuestiona la identificación y las pruebas presentadas en su contra. Además, critica la falta de claridad sobre la relación que el acusado tenía con la primera víctima y la falta de análisis de ciertos objetos encontrados en la escena del crimen.
Argemí también cuestiona los argumentos del fiscal y busca demostrar un trastorno mental en su cliente. Argumenta que la falta de alteración mental no justifica la posibilidad de que una persona cometa un crimen como el que se le imputa al acusado.
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