En un caso impactante, un perito contratado por la defensa contradice a los psiquiatras forenses al afirmar que la mujer acusada de matar a su hija tenía un trastorno de personalidad.
BARCELONA, 21 de mayo.
Durante el juicio a la mujer que admitió haber matado a su hija Yaiza en Sant Joan Despí (Barcelona) en mayo de 2021, dos psiquiatras y una psicóloga forenses del Institut de Medicina Legal de Catalunya (Imelec) han testificado que la acusada planeó el crimen de manera fría y calculada durante meses. Sin embargo, un psicólogo contratado por la defensa como perito ha dado una visión diferente, argumentando que la mujer sufría un trastorno de personalidad.
La evaluación de la salud mental de la acusada, Cristina Rivas, durante el juicio con jurado en la Audiencia de Barcelona duró cerca de cuatro horas. Los forenses que realizaron la autopsia de la niña confirmaron que murió por asfixia después de recibir una dosis tóxica de benzodiacepinas, sustancia que la propia mujer usó en un intento de suicidio.
Según los forenses del Imelec, basando sus conclusiones en pruebas y entrevistas con Rivas, la mujer sentía rencor y rabia hacia su ex pareja, padre de Yaiza. Por su parte, el perito de la defensa descartó estas afirmaciones y consideró que la acusada estaba deprimida y desesperada.
Un psiquiatra del Imelec señaló que fue a raíz de esta frustración que Rivas decidió acabar con la vida de su hija y la suya propia. Según el experto, la mujer comenzó a planificar meticulosamente cómo llevar a cabo el crimen y su suicidio.
Para los forenses del Imelec, se trató de un "filicidio por venganza", mientras que el perito de la defensa describió el crimen como un "suicidio ampliado". En todo caso, ambos coincidieron en que la acusada estaba plenamente consciente de sus acciones.
Los forenses del Imelec descartaron la idea de que la mujer sufriera algún trastorno psicótico, enfatizando que era plenamente consciente de sus actos y no tenía antecedentes psiquiátricos. Por el contrario, el perito de la defensa argumentó que la mujer padecía un trastorno de personalidad evitativa.
La psiquiatra del Imelec reveló que durante su entrevista con Rivas, la acusada expresó frustración por seguir viva tras el intento de suicidio. Por otra parte, el perito de la defensa aseguró que la mujer sintió alivio después del crimen, ya que acabó con el sufrimiento y el miedo que experimentaba.
En medio de esta compleja situación, el psicólogo contratado por la defensa defendió que se trató de un acto de desesperación, alejado de motivaciones de venganza. Cada revelación en este caso sigue generando intensos debates sobre la salud mental de la acusada.
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