El Liceu de Barcelona sorprende con la ópera 'Lady Macbeth de Mtsensk' en un escenario acuático.
El prestigioso director de ópera Àlex Ollé ha destacado la relevancia de la obra de Dmitri Shostakóvich en la apertura de la temporada 2024-2025 en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
El debut está programado para el miércoles 25 de septiembre con la representación de Lady Macbeth de Mtsensk, una ópera con un mensaje actual sobre la liberación de la mujer. La dirección artística estará a cargo de Àlex Ollé y la parte musical será responsabilidad de Josep Pons. Uno de los elementos destacados de esta puesta en escena es que se llevará a cabo sobre un escenario que simula un lecho de agua.
En una conferencia de prensa, Ollé ha enfatizado la vigencia del mensaje de esta pieza artística, catalogándola como una de las mejores óperas del siglo XX. A pesar de haber transcurrido 90 años desde su estreno, el director defiende que la obra conserva toda su fuerza original.
Basada en la novela de Nikolai Leskov, Lady Macbeth de Mtsensk narra la historia de Katerina, una mujer que, descontenta con su vida monótona, decide cometer adulterio y una serie de asesinatos. Sin embargo, a diferencia de la versión original del libro que la presenta como un castigo ejemplar, la adaptación operística de Shostakóvich la muestra como una víctima de una sociedad corrupta y patriarcal.
El elenco que dará vida a esta ópera en el Liceu contará con Sara Jakubiak y Ángeles Blancas en el papel de Katerina, Pavel Cernoch y Ladislav Elgr interpretarán a Sergei, Alexei Bonarciuc será Boris e Ilua Selivanov personificará a Zinovi.
Recordando los inicios tumultuosos de la obra en 1934, Ollé mencionó la polémica generada por un editorial en el diario 'Pravda' que acusaba a la ópera de ser burguesa. Este incidente, atribuido a Stalin, marcó la trayectoria del genio detrás de la composición, Dmitri Shostakóvich.
Por su parte, Josep Pons señaló la juventud del compositor al escribir esta ópera, y cómo su visión sobre los valores soviéticos coincidía con la de la liberación de la mujer antes de ser censurado por el régimen.
La propuesta escénica de Àlex Ollé se basa en la idea de prisión, donde cada elemento en escena se convierte en una metáfora de la sociedad corrupta que rodea a Katerina. El diseñador Alfonso Flores ha creado un innovador sistema de placas móviles sobre un lecho de agua para evocar el estado emocional de la protagonista.
La debutante Sara Jakubiak expresó su admiración por la utilización del agua como recurso simbólico en la representación, mientras que Pavel Cernoch destacó el simbolismo del elemento acuático en la historia.
En palabras de Josep Pons, la música de la ópera es excepcional, logrando que el personaje de Katerina sea más entrañable para el público. Además, resalta la presencia de sarcasmo, un elemento no tan común en este género musical.