24h Cataluña.

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Aumentan un 14,1% los accidentes de tráfico en carreteras catalanas entre 2021 y 2023, revela un informe del Racc.

Aumentan un 14,1% los accidentes de tráfico en carreteras catalanas entre 2021 y 2023, revela un informe del Racc.

El panorama de la siniestralidad en las carreteras catalanas ha cobrado un matiz alarmante. Según las palabras del presidente del RACC, Josep Mateu, este miércoles se ha revelado un aumento del 14,1% en los accidentes mortales entre 2021 y 2023, junto con un incremento del riesgo de siniestro, que ha crecido un 5,7%. Esta evidencia marca un giro notable después de más de una década en la que la tendencia apuntaba a la baja.

Mateu compartió estos datos durante la presentación de la 23 edición del informe iRAP, acompañado de referentes del ámbito de la movilidad como Cristian Bardají, director de Movilidad del RACC; Ramon Lamiel, director del Servei Català de Trànsit (SCT); David Prat, director general de Infraestructuras de Movilidad de la Generalitat, y Valentín Aceña, gerente de Infraestructuras Viales y Movilidad de la Diputació de Barcelona.

El estudio iRAP, que se utiliza a nivel internacional, traza un mapa de riesgo de la red viaria catalana, examinando la accidentalidad de las carreteras y contrastando la cifra de accidentes graves y mortales en los últimos tres años con el volumen de tráfico. La investigación profundiza en más de 6.300 kilómetros de carreteras interurbanas, donde se concentra el 93% de la movilidad en el territorio y se producen el 78% de los accidentes que ocasionan heridos graves y víctimas fatales.

Un dato alentador entre la sombra de la desgracia es que, aunque las víctimas mortales han bajado considerablemente —de 700 en el año 2000 a 181 en 2023—, Mateu enfatiza que la meta es clara: lograr cero víctimas. No obstante, un preocupante 24% de la red viaria analizada se encuentra en un estado de riesgo alto o muy alto de que se produzcan accidentes graves o mortales. Más alarmante es el hecho de que el riesgo de siniestralidad en carreteras convencionales es cuatro veces mayor que en autopistas.

El análisis también pone de relieve la peligrosa realidad de las motocicletas y ciclomotores, que están involucrados en el 45% de los accidentes con heridos graves o mortales, a pesar de que representan apenas el 2,4% del total de vehículos en circulación. El tramo más crítico en cuanto a la accidentalidad de vehículos pesados y motos se encuentra en la A-2, específicamente entre los enlaces con la AP-2 y los de la B-20, B-10 y C-32.

Adicionalmente, el uso de bicicletas ha visto un incremento constante, con un aumento cercano al 75% en la accidentalidad desde 2013. Aunque se registró una disminución en 2022, en 2023 se alcanzó un nuevo récord negativo. Bardají, en su intervención, expresó el compromiso del RACC de “reducir a la mitad las víctimas mortales cada década” y destacó la carretera BP-1417, conocida como L'Arrabassada, como una de las más peligrosas debido a la alta accidentalidad de motocicletas.

Un caso de éxito, sin embargo, se evidenció en la C-23 en Gurb y Calldenes (Barcelona), donde, a pesar de soportar más de 20.000 vehículos diarios, no se han registrado accidentes mortales o graves en los últimos tres años. En contraste, el tramo de L'Arrabassada ha sido el escenario de 10 accidentes mortales en ese mismo periodo, y Prat lamentó que la mayoría de estos incidentes son consecuencia de “conductas incívicas” al volante.

Lamiel agregó que el 40% de los accidentes mortales en la red viaria son frontales, lo que ha llevado a la implementación de un plan destinado a combatir este tipo de siniestralidad. Más de 25 millones de euros han sido asignados para crear itinerarios seguros para ciclistas, una medida crucial considerando el creciente uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible.

Aceña también aportó datos alentadores desde la Diputación de Barcelona, donde se ha observado una disminución en el número de accidentes en 2023 en comparación con 2022, de 69 a 53 en términos de gravedad. Esta tendencia parece mantenerse, lo que sugiere una posible mejora en las condiciones de seguridad vial.

Ante la realidad de los accidentes de tráfico con consecuencias trágicas, la Diputación investiga cada incidente para encontrar soluciones que mitiguen la situación y aplica políticas de seguridad vial para mejorar la red existente. Las rutas B-502 entre Vilassar y Argentona, la BV-5001 entre Martorell y Vilanova, y la BV-1201 de Olesa de Montserrat a Castellbisbal han recibido importantes inversiones en los últimos años.

En particular, se han destinado 2 millones de euros para mejorar la seguridad en la B-502, con una proyección de inversión adicional de 3 millones para futuros proyectos. En la BV-5001, 5 millones se han invertido en la instalación de espacios seguros con barreras para peatones y ciclistas, mientras que en la BV-1201 se espera una serie de inversiones significativas, incluidas cinco rotondas a corto y medio plazo.

En cuanto a la seguridad para motos, Aceña destacó que el 84% de la red viaria bajo la Diputación de Barcelona está adaptada para motos y bicicletas, incorporando sistemas de contención que son menos peligrosos en caso de accidentes.

Lamiel finalizó su intervención señalando que la siniestralidad en Catalunya ha disminuido entre un 20% y un 25% en comparación con 2019 y un 10% en comparación con 2023. Atribuyó esta mejora a la responsabilidad de la ciudadanía al conducir, así como al esfuerzo de las autoridades viales y el trabajo en conjunto con los Mossos d'Esquadra y el personal de Trànsit.

A medida que se analizan los datos, Lamiel resaltó que mientras los accidentes mortales han disminuido, las lesiones graves han aumentado, lo que sugiere que el riesgo en carretera sigue siendo una preocupación pertinente. Asimismo, recordó que desde el SCT se están llevando a cabo programas de formación para conductores de vehículos pesados, como camiones y autocares, con la esperanza de que estas iniciativas contribuyan a una reducción sostenible en los índices de siniestralidad.