Dos activistas del grupo Futuro Vegetal han admitido haber participado en la protesta que tuvo lugar en noviembre en el Museu Egipci de Barcelona, en la que se vertió petróleo falso sobre una réplica de momia faraónica y se roció sangre falsa en una sala como un acto simbólico en contra de la emergencia climática.
La pareja ha negado haber causado daños a ninguna obra o pieza del museo, argumentando que la acción se enfocó en los cristales protectores y las paredes de la sala. También ha declarado como imputada una mediadora que facilitó la comunicación entre los activistas y el personal de seguridad del museo, y una periodista que cubrió la protesta.
Los cuatro imputados se enfrentan a cargos de daños al patrimonio, pero la causa todavía está pendiente de la cuantificación definitiva de los daños por parte del museo, que figura como acusación.
En la protesta, además de los actos simbólicos, los activistas se pegaron a una vitrina y desplegaron una pancarta criticando a Coca-Cola por patrocinar la cumbre del clima COP27 en Egipto, y alertando sobre el aumento de la temperatura mundial.
La defensa de los activistas planea pedir el archivo de la causa para la mediadora y la periodista en las próximas semanas.